Al principio existía sólo el sueño … dos piedras que se golpean una contra otra, el sonido, el ritmo, el éxtasis … el niño - y todos tenemos un niño dentro de nosotros - ve una batería, no puede resistir y empieza con la enésima realización del sueño … contar una historia sin palabras … los golpes se convierten en sonidos que se pierden en la infinidad del espacio / tiempo … gritos, mensajes, ternura, sonrisas … ¡quién sabe! … el ejecutante es sólo transmisor del ritmo eterno.
Las piezas musicales son improvisaciones en vivo. No existe partitura, ni hace falta. Únicamente se hace uso de pequeñas estructuras que ayudan a encauzar la fantasía desbordante, sin que esto signifique un recorte a la libertad de creación instantánea. Estas estructuras no tienen un orden establecido, forman también parte del material improvisable.
Como si de un cuento se tratase se desarrolla una historia musical, cada concierto una diferente ya que las influencias, es decir las circunstancias, el espacio y el tiempo son distintos. Al igual que en cuentos o leyendas emergen de vez en cuando figuras arquetípicas. Todo con el fin de llevar de viaje al espectador / oyente a un mundo desconocido lleno de sonidos a veces familiares, a veces nuevos y extraños.
La percusión ha sido injustamente considerada como un instrumento de ruido y de ritmo, sobre todo en la cultura europea. Sin embargo el instrumental percusivo es sobre todo una fuente inestimable de sonidos. Por otra parte el elemento rítmico en sus variaciones y superposiciones polirítmicas se convierte en pieza primordial de la creación musical.
Preguntado por el futuro de la música, Dizzy Gillespie respondió: ”… La música irá hacia donde empezó, un hombre con un tambor.” A la misma dirección apunta también John Cage en su “The Future of Music: Credo” manifestando “Percussion music is a contemporary transition from keyboard-influenced music to the all-sound music of the future. Any sound is acceptable to the composer of percussion music…” (La música de percusión es la transición contemporánea desde la musica influenciada por los teclados hacia la música de los sonidos puros del futuro. Cualquier sonido es aceptable para un compositor de música de percusión).
Partiendo de las premisas anteriores se entiende que no se trata de un solo de batería ni de una exhibición de una técnica esmerada o de una rapidez descomunal, sino simplemente de un concierto de música para batería.